Frases y poemas destacados de Mario Benedetti
La obra de Mario Benedetti es rica en frases y poemas que han trascendido generaciones, gracias a su sensibilidad y profundidad. Estas palabras no solo capturan emociones humanas universales, sino que también reflejan su compromiso con la vida, el amor y la justicia. A continuación, se presentan algunos ejemplos representativos:
Frases icónicas
“No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda.”
- De su poema No te rindas, esta frase es un llamado a la perseverancia y la esperanza en momentos de adversidad.
“La perfección es una pulida colección de errores.”
- Una reflexión sobre cómo los errores son parte esencial del aprendizaje y del proceso creativo.
“Te quiero no por quién eres, sino por quién soy cuando estoy contigo.”
- Una de las frases más recordadas de su poema Te quiero, que encapsula la esencia del amor auténtico.
“Después de todo, la muerte es solo un síntoma de que hubo vida.”
- Una meditación sobre la muerte que resalta la importancia de vivir con plenitud.
“Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.”
- Una observación sobre la complejidad de las emociones y la conexión entre mente y corazón.
Poemas emblemáticos
1. Táctica y estrategia
Mi táctica es
mirarte,
aprender cómo sos,
quererte como sos.
Mi táctica es
hablarte
y escucharte,
construir con palabras
un puente indestructible.
Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo,
no sé cómo ni sé
con qué pretexto,
pero quedarme en vos.
Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros,
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos.
Mi estrategia es,
en cambio,
más profunda y
más simple.
Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto,
por fin me necesites.
2. No te rindas
No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras,
enterrar tus miedos,
liberar el lastre,
retomar el vuelo.
No te rindas, que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros,
y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda,
y se calle el viento.
Aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero,
porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
quitar cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa,
ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas
e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños.
Porque cada día es un comienzo nuevo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estás solo,
porque yo te quiero.
3. Te quiero
Tus manos son mi caricia,
mis acordes cotidianos.
Te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia.
Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice y todo,
y en la calle, codo a codo,
somos mucho más que dos.
Tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada;
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro.
Tu boca que es tuya y mía,
tu boca no se equivoca;
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía.
Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice y todo,
y en la calle, codo a codo,
somos mucho más que dos.
Y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo,
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero.
Y porque amor no es aureola,
ni cándida moraleja,
y porque somos pareja
que sabe que no está sola.
Te quiero en mi paraíso;
es decir, que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso.
Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice y todo,
y en la calle, codo a codo,
somos mucho más que dos.
4. Hagamos un trato
Compañera,
usted sabe
que puede contar
conmigo,
no hasta dos
o hasta diez,
sino contar
conmigo.
Si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos,
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio,
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo.
Si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo,
no piense qué flojera,
igual puede contar
conmigo.
Pero hagamos un trato:
yo quisiera contar
con usted,
es tan lindo
saber que usted existe,
uno se siente vivo.
Y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos,
aunque sea hasta cinco,
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio,
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.